Cerrar los ojos, y dejar de existir.
Es curioso que al estar cansados, nos echemos a dormir, si cuando dormimos es cuando el cerebro trabaja más... ¿Y a eso le llamamos descansar? Paradoja.
Basta ver lo que soñamos. Realmente admiro a mi cerebro. Vivo ilusionada con que algún día se invente un aparato que permita recrear los sueños... Aunque sé que es improbable, de ilusión también se vive (¡ánimo!). De momento aún me queda como consuelo, que ese mundo intangible me abre sus puertas todas las noches, acogiéndome, permitiéndome ser quien yo quiera, y sorprendiéndome cada día más.
Y que aunque me despierte todas las mañanas, siempre habrá noches.
No hay comentarios:
Publicar un comentario