sábado, 14 de enero de 2012

Drain the blood.

El odio. Odio a las personas, a las apariencias, las cosas. Odio a las falsas amistades, a la gente demasiado estupenda y a los superficiales. Odio el catalanismo, los espejos, las virtudes y los defectos. Odio el amor y odio al mismo odio. Odio a la vida, así en general.

Pero ni punto de comparación con el odio que siento hacia mi.

Cuando sientes que realmente, a nadie le importas, pero que por otra parte, tampoco tú crees que seas algo importante.


Ya no sé si es que soy subnormal perdida, si es que debería ir al manicomio, o si debería pegarme un tiro.
Sólo sé que me odio y me odio y me odio y que nunca dejé de odiarme....

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