lunes, 2 de abril de 2012

Human after all.

Trato de rebelarme, intentando no ser como los demás. Hay ciertas conductas innatas en el ser humano que desprecio y rechazo.

Como todo el mundo, soy una persona que al mínimo descuido, miento y engaño. Me regodeo en el cotilleo. Defiendo mi orgullo ante todo y ante todos. Busco mi propia satisfacción y me sumerjo en mi más profundo egoísmo. Me gusta recalcar los fallos ajenos y olvidar los míos propios. Y un larguísimo etcétera.

Ahora bien, hace un tiempo decidí efrentarme a ello. Pude observar que las conductas antes nombradas y otras muchas más estaban presentes en la gente que me rodea. Y eso me enferma. Pero el verdadero cambio, surgió a raíz de que fui plenamente consciente de que yo también soy así. Y que el hecho de despreciar las malas conductas de los demás y no despreciar las mías, ya me convierte en plena practicante de las mismas. Y me sentí muy miserable.

Por eso mismo, intento rebelarme a la naturaleza más innata de mis acciones y malos pensamientos. Sé que es un camino duro, difícil e imposible. Pero he decidido intentarlo. No sólo por mi, sino por los que me rodean. Y aunque no siempre obtenga los resultados que espero, soy un poco más feliz intentando ser buena persona.


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