Ese vacío existencial que nace al acabar un buen libro. Durante un período de tiempo de tu vida has sido otra persona y te has visto envuelto de otra realidad, en ocasiones tan distinta a la tuya...
Un buen libro es aquél que te hace sentirte identificado, como un elemento más de la historia, reaccionando ante los sucesos de los personajes con empatía, llorando, riendo, enfadándote. Es aquél que te obsesiona, convirtiéndote casi en un adicto a su lectura, pero a la vez te provoca la sensación de agonía por no querer que acabe.
Esos sentimientos tan paradójicos son sencillos de entender: no queremos que algo bueno acabe.
jueves, 30 de agosto de 2012
sábado, 25 de agosto de 2012
The writer.
Podemos fingir que tenemos grandes teorías, acerca del sexo opuesto, acerca del amor, de la amistad, del sentido de la vida y de lo que está oculto tras la palabra 'universo'. Podemos fingir que somos personas muy profundas, de esas que le buscan la razón de ser a cada una de las cosas más básicas que nos rodean, de las que creen que ni siquiera el más mínimo detalle lo causa la casualidad.
Estas teorías solo son fingidas para poder dar explicaciones a lo que nos sucede, para justificar nuestras acciones y pretender que tenemos nuestra vida sujeta por nuestras manos, sabiendo en todo momento qué nos ocurre y por qué.
Nacen de nuestro interior, el más profundo, el que no se enseña nunca, como respuesta ante lo desconocido y como antídoto, siendo ésta nuestra más sincera defensa. Autoengaño. Y nos engaña momentáneamente, haciéndonos creer que somos realmente nuestros propios dueños.
Nunca aceptaremos la estrecha relación entre las improvisaciones de la vida y nuestra conducta, que celosa de tal libertad, se intenta aferrar a ella siempre que tiene ocasión. Y nosotros, en un esfuerzo vano por separarlas, negamos que exista tal amor por lo cambiante. Y juzgamos lo insconstante. Tanto si son personas como cosas. Crucificamos unas ganas de libertad innatas, de caminar sin saber a dónde, sin destino ni camino, de relajarse en el mar y dejar que las olas te lleven a alguna parte, de salir a la calle con una sonrisa ante lo desconocido ¿qué me deparará la vida hoy?.
Quizá deberíamos dejar de mirarnos desde fuera y dejar de planificarlo todo por un instante, hacer caso a las corazonadas y a los presentimientos. Todo infundado e irracional... pero ¿y qué?. No dejas de ser un alma, un espíritu encerrado en un cuerpo. Así que no está del todo mal si de vez en cuando nos permitimos el pequeño placer de volar, sin hacer caso a nuestras teorías. Al fin y al cabo, son sólo fingidas, ¿no?
Estas teorías solo son fingidas para poder dar explicaciones a lo que nos sucede, para justificar nuestras acciones y pretender que tenemos nuestra vida sujeta por nuestras manos, sabiendo en todo momento qué nos ocurre y por qué.
Nacen de nuestro interior, el más profundo, el que no se enseña nunca, como respuesta ante lo desconocido y como antídoto, siendo ésta nuestra más sincera defensa. Autoengaño. Y nos engaña momentáneamente, haciéndonos creer que somos realmente nuestros propios dueños.
Nunca aceptaremos la estrecha relación entre las improvisaciones de la vida y nuestra conducta, que celosa de tal libertad, se intenta aferrar a ella siempre que tiene ocasión. Y nosotros, en un esfuerzo vano por separarlas, negamos que exista tal amor por lo cambiante. Y juzgamos lo insconstante. Tanto si son personas como cosas. Crucificamos unas ganas de libertad innatas, de caminar sin saber a dónde, sin destino ni camino, de relajarse en el mar y dejar que las olas te lleven a alguna parte, de salir a la calle con una sonrisa ante lo desconocido ¿qué me deparará la vida hoy?.
Quizá deberíamos dejar de mirarnos desde fuera y dejar de planificarlo todo por un instante, hacer caso a las corazonadas y a los presentimientos. Todo infundado e irracional... pero ¿y qué?. No dejas de ser un alma, un espíritu encerrado en un cuerpo. Así que no está del todo mal si de vez en cuando nos permitimos el pequeño placer de volar, sin hacer caso a nuestras teorías. Al fin y al cabo, son sólo fingidas, ¿no?
martes, 14 de agosto de 2012
I want you so bad.
Sentirse así. Como si te dijeran el mítico 'I want you for the US army'. Todos te dicen lo que tienes que ser, no a mal, sino porque proyectan en ti una serie de expectativas muy ambiciosas. Tan ambiciosas, que llega un punto en que te empiezas ahogar y te empiezan a entrar ganas de dejarlo todo y huir volando.
Unos se piensan que soy algo así como superdotada, otros que poco menos que debería dedicarme a la música porque tengo un don con el bajo. Y por supuesto, mis padres están convencidísimos que seré una gran Diseñadora Industrial. Claro que sí, ¡olé!.
Nadie se preocupa si estoy conforme, ante mis dudas me imponen sus criterios en vez de demostrar un poco de empatía y ver la situación desde mi punto de vista.
Para colmo, tengo 'amigos' muy falsos y convenidos que pasan de mí como de la mierda y hablan mal de mí a mis espaldas... Así que digamos que hay ganas de irme a tomar por culo a una isla desierta y vivir como una ermitaña. Ilusa de mí...me juro y perjuro que no confiaré en la gente y siempre caigo... Me apuntaré a la US army.
Ya lo siento por estas últimas entradas que amargan de más este blog que empezó siendo algo así como una extensión de mí y una proyección de mis dudas y reflexiones más sinceras y trabajadas. Parezco una emo... pero todo, menos la muerte, tiene solución. Así que sólo queda esperar a que se pasen estos malos tiempos, lástima que los factores que acompañan mi entorno no estén siendo del todo idóneos.
He's so heavy.
Unos se piensan que soy algo así como superdotada, otros que poco menos que debería dedicarme a la música porque tengo un don con el bajo. Y por supuesto, mis padres están convencidísimos que seré una gran Diseñadora Industrial. Claro que sí, ¡olé!.
Nadie se preocupa si estoy conforme, ante mis dudas me imponen sus criterios en vez de demostrar un poco de empatía y ver la situación desde mi punto de vista.
Para colmo, tengo 'amigos' muy falsos y convenidos que pasan de mí como de la mierda y hablan mal de mí a mis espaldas... Así que digamos que hay ganas de irme a tomar por culo a una isla desierta y vivir como una ermitaña. Ilusa de mí...me juro y perjuro que no confiaré en la gente y siempre caigo... Me apuntaré a la US army.
Ya lo siento por estas últimas entradas que amargan de más este blog que empezó siendo algo así como una extensión de mí y una proyección de mis dudas y reflexiones más sinceras y trabajadas. Parezco una emo... pero todo, menos la muerte, tiene solución. Así que sólo queda esperar a que se pasen estos malos tiempos, lástima que los factores que acompañan mi entorno no estén siendo del todo idóneos.
He's so heavy.
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