Hoy me he cortado el pelo, porque hoy he decidido apostar por mi. Hoy me he cortado el pelo porque he sido valiente, he optado por ser asertiva y no me he cortado un pelo en decir lo que sentía. Hoy me he cortado el pelo, más de lo que pensaba, porque he querido que el cambio sea notable. Hoy me he cortado el pelo, sabiendo que vuelve a crecer, pero el pelo que crece no es el mismo que el que corté. En el suelo se quedaron los mechones desgastados, frágiles y sin vida. Y el pelo que crezca será nuevo, fuerte y con ganas de vivir. Con cada tijeretazo he dejado atrás mis miedos, mis prejuicios y mis inseguridades. He comprendido que con el pelo corto sigo siendo igual de íntegra y valiosa. Que los mechones estropeados únicamente se enredaban, provocándome dolor al intentar deshacer los nudos. Que ha sido una decisión inteligente cortarme el pelo. Aunque me lo deje largo otra vez, estará brillante y fuerte gracias a habérmelo cortado. Porque tenía el pelo largo, pero no sano. Primero lo sanaré y luego ya crecerá como a mi me gusta. Y para sanar siempre hay que realizar una acción, un cambio.
Hoy me he cortado el pelo para sanarlo. Y hoy he sabido decir "no", para poder sanarme. Porque sólo así, podré volver a crecer y volver a estar en mis plenas capacidades, a ser yo, sin estar rota por dentro. Podré llegar lejos, pero sólo estando sana. Como mi pelo: sana, fuerte y brillante. Hoy he sido valiente porque me he cortado el pelo, y he cortado con los miedos que me ataban.
No hay comentarios:
Publicar un comentario