Hoy te he sacado del baúl de mis recuerdos. Aunque ambos sabemos que hoy no es el primer día. Que yo te enterré bajo diez años de tiempo y siete años de invisibilidad. Y que tú hace unas semanas viniste y sin quererlo, me sacudiste tan fuerte que yo me dí cuenta que no te enterré, si no que únicamente te escondí, te tapé. Como cuando barres y escondes la suciedad debajo de la alfombra y te quieres creer que todo está impoluto. Pero hoy no te he sacado para enfrentar y encarar mis sentimientos -buenos y malos- hacia ti. Hoy te saqué para volverme un poquito como tú, y está fatal decirlo, pero mi yo cabrona eres tú. Lleva tu cara y tu nombre, yo me limito a imitar tus movimientos. Porque no sé abordar muy bien ciertas situaciones, esas que en cierta manera se parecen a las que vivimos tú y yo juntos, aunque ahora sean entre otra persona y yo. Y esa persona tiene el rol que yo tenía cuando el tándem era contigo, por lo que en cierto modo, me está interesando ser tú. No porque tenga maldad, si no porque por mi experiencia contigo, tengo un manual de como actuar... y eso me da seguridad. Lo único que prometo es que suavizaré lo máximo posible el tema y que yo, sí yo, en este caso aprenderé de tus errores, aunque el transfondo sea el mismo: repetir la historia. Y aunque ya no va contigo, tú sigues estando... porque fue una de las cosas que me dejaste. Y te maldije tanto... para al final acabar siendo tú, pero bajo mi responsabilidad. Hoy soy tú, disfrazada de mi.
No hay comentarios:
Publicar un comentario