Como en mí siempre llueve no me asustan tus tormentas.
Como siempre estoy en llamas no me asustan tus demonios.
Como soy caótica, no me asustan tus miedos.
Pero que sea echada para adelante para esto no significa nada, ya que no es garantía de funcionamiento. Porque (espero y deseo) pronto tú dejarás de llover, de arder y de temer pero yo probablemente siga siendo tormenta, infierno y caos, aunque espero serlo en menor medida. Lo tuyo es algo pasajero, lo mío es mi estado habitual.
Tu has sido capaz de construir, yo sin embargo, he destruido demasiadas cosas a mi paso. Tú has sido capaz de ser estable pero yo no puedo decir lo mismo, aunque sea algo a lo que quisiera aspirar. Yo no tengo precedentes de vínculos sanos, tú quizá sí. El pasado reconduce el presente de las personas hacia su futuro.
Por eso, es mejor cerrar esta puerta. Porque quiero que te quedes, pero solo si tu quieres. Me has aportado mucho y creo que la única manera de que nos tengamos el uno al otro sin hacer(me/te/nos) daño es en forma de amistad. Se me hace muy raro tomar esta decisión y por fin dejar morir mi remanente de sentimientos hacia ti. Seguir mi camino y dejar a un lado mis ilusiones e idealizaciones ya que no hacen otra cosa que confundirme y hacerme mucho daño. Cortar ya de una vez por todas con mi imaginación y que ya no sea la gobernante del barco de mi mente.
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