lunes, 12 de junio de 2023

But time comes around, and I'm not so naïve.

Perdida, desconectada. En una espiral que desciende hasta el centro de la tierra a la velocidad de la luz. Desconocida. Errante y mutante. Girando como la aguja de una brújula cuando le acercas un imán. Desorientada y sin tener claro el rumbo. 

Como una bomba. Im/ex-plosión. Con el mundo en mis espaldas, el corazón perdido en algún lugar, y el cerebro pasado por una picadora. Con palabras estancadas en la garganta, falta de aire en los pulmones y lágrimas en el alma. Con tantas voces que gritan dentro de mi. Con ganas del fin. Con ganas de un reseteo.

La vida hace tiempo que pesa, y me da tanto que pensar..... sobrepienso y luego existo. Insisto y desaparezco. Mi vida como si la viera desde un tren de alta velocidad. Sin posicionarme. Muero día a día. Sobrevivo. Y no me está gustando. Está siendo chungo el vivir. Ojalá no sentir. Ojalá no existir.

lunes, 5 de junio de 2023

Lloverá y yo veré.

 Ha llovido mucho y durante días seguidos, semanas seguidas y meses seguidos. El sol estaba demasiado lejos, inaccesible encima de una capa densa de algodón gris oscuro.

Y dentro de tanta oscuridad, el agua arrastraba y la única luz era la de los rayos que descargaban con su correspondiente susto de toma a tierra. Ha llovido tanto que las calles estaban inundadas, que las alcantarillas ya no drenaban. Todo se paraba, todo se colapsaba. Era difícil el día a día. Ha estado siendo chungo el vivir.

Ha llovido, he llovido. Y he visto.

Y de repente una casualidad. En medio de una improvisación. En medio de alguien que se alejó sin ser echado. En medio de los trocitos de corazón esparcidos por el suelo. En medio de un mar de dudas. En medio de una parada en un lugar cuyo nombre representa mi día a día: (auto)sabotaje.  

He vuelto a sentir algo diferente a la lluvia, a la tormenta. Enchufarme de nuevo a la vida. Y tomar un café con la casualidad. Y me he sorprendido cuando me han llevado al cielo y he tocado una, dos y más de tres estrellas con la punta de mis dedos. Y me he maravillado de, aunque con ayuda, hacer y ver viajar a otra persona también. Y de cuatro horas que pasan sin darse cuenta.

Y que sea probable que esto no pase más allá de aquí. Ojalá no fuera así. Pero he de quedarme con que por un momento, dejó de llover junto a una casualidad que me gustó más de lo que me gustaría reconocer.