Dicen las malas lenguas, que lo que no mata, engorda. O si no, te hace más fuerte.
Cuando llegan días grises, días tristes, todos tenemos nuestras vías de escape. Para unos,el plan perfecto consiste en comer helado y ver películas románticas (sí, lo sé, es 100% típico en las películas americanas, pero no voy a ser yo quien juzgue eso, puesto que hay gente para todo). Otros pintan, hacen puzzles, se vician a algún juego, o qué se yo.
Sé de personas a las que les sorprende mis vías de escape, e incluso que me critican por ello. Personalmente, defiendo la libertad de opinión, así que me la suda bastante lo que puedan pensar.
No sé si mis "vías de escape" son buenas o malas, si me perjudican o me benefician. Lo que sí sé es que en mi mundo me siento mejor, que metida en un gran grupo de punkies/skinheads que hacen pogo me siento mejor, que agarrada un momento a la cola del viento me siento mejor. Que si me olvido de poner los pies en el suelo me siento mejor.
¿Que esto no puede ser bueno?
En mi mundo, sí.
No hay comentarios:
Publicar un comentario