En esos días que te das cuenta, que el mundo está repleto de injusticias y de dolor. Que hay muchas personas que sufren sin merecerlo y tú no puedes hacer nada para evitarlo. Porque no depende de ti.
Y con sufrimiento no digo que les dejen sus novios o que les vaya mal un examen. Hablo del verdadero sufrimiento.
Niños que sufren acoso en el colegio, niños de los cuales abusan, mujeres maltratadas, personas que se quedan sin hogar.... y esto es sólo una pequeña pincelada.
Hoy he quitado la venda de mis ojos, y me he dado cuenta, una vez más, de que mis problemas son insignificantes.
La verdad, ni siquiera tenía planeada esta entrada un tanto amarga. Pero no estoy escribiendo yo, sino mi corazón.
Llevo ya demasiado tiempo aguantando la hipocresía de la gente, las quejas por vicio. Somos una sociedad quejica, llorica y desagradecida. Por no hablar de egoísta.
¿Cuántas veces los actos caritativos se han hecho para que nos contemplen? (Éste no es mi caso, pero desgraciadamente conozco gente así).
Y mucho hablar de víctimas de desastres a las que vais a ayudar, pero luego no sois capaces de regalarle una sonrisa a alguien que la necesita. Si queréis cambiar el mundo, empezad por ayudar a los de vuestro alrededor.
La triste realidad es que todos tenemos a alguien relativamente cercano que sufre. Y no hacemos nada.
Solo hablar, hablar, hablar y hablar.
It don't mean a thing, 'cause talk is cheap.
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